Durante más de 25 años castigué mi salud física, mental y emocional, me exigí hasta el límite hasta convencerme de que la imagen que me devolvía el espejo no era real, sino que lo real era lo que yo pensaba de mi propio cuerpo.

Fui a varias terapias, estuve internada por Trastornos de la alimentación hasta que un día me dije a mi misma BASTA. Me había aislado completamente y la comida me controlaba.

Entendí que la solución no era solo comer de forma saludable, sino que debía ir más allá, encontrar la causa.

Eso me llevo a formarme en varias disciplinas, como Maestra de Yoga y Meditación, Coach Ontológica especializada en Valoración Corporal y Gestión Emocional, Programación Neurolingüística y Psicoterapia, que hoy pongo al servicio para acompañarte en este proceso.

Mi mayor dolor se convirtió en mi mayor aprendizaje y propósito de vida: acompañar a mujeres con trastornos de alimentación y exigencia en su imagen a poder vivir en un Cuerpo en Paz, habitar su templo sagrado desde el amor y conectarse con su propia esencia.